En los últimos años hemos ido siendo testigos de cómo multitud de museos de todo el mundo, entre ellos el famoso parisino del Louvre, procedían a sustituir la iluminación que ya tenían por los conocidos como led.
Esa situación generalizada, que aún sigue extendiéndose por espacios de gran valor artístico como la Capilla Sixtina del Vaticano que recientemente ha elegido los citados diodos de luz, lleva a preguntarse ¿por qué los led están siendo la apuesta de todas esas pinacotecas y centros expositivos?
La respuesta a esta cuestión no es una sola. Y es que esos dispositivos lumínicos ofrecen multitud de ventajas a aquellos espacios que los colocan:
- Consiguen reducir en más del 50% el gasto energético que se venía realizando hasta ese mismo momento.
- Tienen la particularidad de que permiten que los visitantes puedan apreciar mucho mejor las distintas obras de arte que están expuestas y concretamente los colores y las formas que poseen. Así, quedan mucho más perceptibles detalles que hasta ese momento pasaban casi desapercibidos.
- No menos importante es saber que los led ofrecen la gran ventaja de que no causan daños en las pinturas o escultura, ya que no generan calor.
- De la misma manera, gracias a que estos diodos presentan la particularidad de que pueden programarse y ajustarse al milímetro a las necesidades de cada museo. Así se consigue, por ejemplo, una luz que se asemeja perfectamente a la natural y que hace que aquel centro y sus colecciones resplandezcan sobremanera.
- También hay que tener en cuenta que numerosos centros expositivos han elegido a los led como fuente de iluminación porque poseen una vida útil mucho más duradera, lo que les permite reducir considerablemente el presupuesto en materia de mantenimiento.
- Todo ello sin olvidar, por supuesto, que también los museos apuestan por este tipo de diodos de luz porque contribuyen a proteger el medioambiente ya que reducen considerablemente las emisiones de dióxido de carbono que se lanzan a la atmósfera.
Los led, la gran apuesta de los museos